El Ministerio de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana (Mitma) ha puesto en servicio hoy el desvío provisional de la N-523 para vehículos ligeros, mientras avanza con paso firme en el diseño y construcción del nuevo puente que permitirá restituir definitivamente el tráfico en la carretera que conecta Cáceres y Badajoz antes de que termine el verano.
El tramo, abierto hoy al tráfico a las 14.00 horas, forma parte de los trabajos que Mitma está llevando a cabo desde mediados de diciembre para reparar los daños ocasionados por la borrasca Efrain, acaecida el pasado 13 de diciembre en Extremadura. Dicha borrasca provocó el colapso de la obra de drenaje transversal sita en el kilómetro 45 de la N-523, a la altura de Puebla de Obando, lo que implicó el corte total de la carretera y el desvío del tráfico por itinerarios alternativos.
El desvío, cuya puesta en marcha ha sido presidida por el director general de Carreteras de Mitma, Juan Pedro Fernández Palomino, y por el delegado del Gobierno en Extremadura, Francisco Alejandro Mendoza Sánchez, podrá ser utilizado por los vehículos ligeros (máximo de 7,5 toneladas y una altura de 3,8 metros), incluidos los de transporte escolar de menor tamaño que los autobuses, que actualmente estaban circulando por carreteras provinciales. Por su parte, los vehículos pesados deberán seguir utilizando el desvío a través de la A-5 habilitado tras la borrasca.
Durante el acto de apertura, el director general de Carreteras ha resaltado que, desde el inicio, Mitma ha empleado todos los medios, tanto materiales como humanos, para subsanar la situación: desvíos del tráfico con la preparación de la señalización y cartelería, organización y programación de las obras, levantamientos topográficos, restituciones de cerramientos, colocación de tubos salva-cunetas, ejecución de sondeos, pruebas de carga, rellenos, etc.
La rápida reacción del Ministerio, que a finales de diciembre aprobó la declaración de emergencia para la reconstrucción de los tramos afectados por las fuertes precipitaciones, confirma el compromiso con Extremadura, donde ha licitado contratos por 200 millones de euros en 2022 y en lo que llevamos de este año 2023; destacando el impulso a la mejora de la conectividad entre Cáceres y Badajoz a través de la A-58.
Entre las principales actuaciones programadas, destaca la prevista en el km 45 de la N-523, consistente en la construcción de una nueva estructura y el reacondicionamiento del cauce en su entorno, actuaciones que se concluirán antes de que termine el periodo estival.
La nueva estructura será un puente con tablero de vigas con una luz (distancia entre apoyos) aproximada de 40 metros y una anchura aproximada de 12 metros. Para no reducir la sección hidráulica disponible se elevará de manera localizada la rasante de la carretera entre 1 y 2 metros. Se espera que la puesta en servicio de esta nueva estructura se ponga en servicio antes de la finalización del verano, restituyendo así la totalidad del tráfico por la N-523.
Las obras en curso, que cuentan con un presupuesto de 6,1 millones de euros, incluyen actuaciones de reconstrucción y reparación de las carreteras estatales afectadas: N-523, A-5, A-66, N-630, N-430 y N-502.
Actualmente, la carretera N-523 cuenta con un tráfico aproximado de unos 4000 vehículos diarios en la zona del colapso (a la altura de Puebla de Orbando) y unos 7.500 en las proximidades de Cáceres y Badajoz
Asimismo, Mitma está llevando a cabo la mejora de la conexión entre ambas provincias mediante la prolongación de la A-58 que discurrirá paralelamente a la nacional. Actualmente la A-58 conecta Trujillo y Cáceres.
Así, ya se han licitado las obras del tramo de la A-58 que conecta la A-66 y río Ayuela, que comenzarán este año 2023, y la redacción de la actualización del proyecto del tramo entre Bótoa y Badajoz. Las obras de ambos tramos cuentan con un presupuesto aproximado de 172 millones de euros, sumando una longitud conjunta de unos 28 km:
Croquis del desvío provisional
Sección tipo de la nueva estructura
Alzado de la nueva estructura